Os echo de menos


Como llevo poco tiempo en AP (voy a cumplir el mes!) y encima es verano y viene poquísima gente, todavía no he sufrido lo que es una verdadera consulta de primaria, así que tampoco me ha dado tiempo a echar de menos el mundo hospitalario, porque además estoy disfrutando por fin de la vida sin guardias, y es maravillosa.

Aunque he de decir que aquí me han recibido con los brazos abiertos y la gente es estupenda, lo que si añoro muchísimo es el ambiente hospitalario. Y no me refiero sólo las fiestas, cenas y quedadas, que también, sino al estar siempre rodeada de tantos amigos y compañeros con los que pararme a tomar un café y poder contarle cualquier cosa.

En la residencia tuvimos la suerte de ser un grupo de coerres con afinidades parecidas, aunque con carácteres muy diferentes, pero nos unimos bastante, y prácticamente todos nos sabíamos las venturas y desventuras de los demás. Todos los días coincidías con alguien y comentabas la jugada de turno o el último cotilleo. Esto hacía que el día a día fuera mucho más llevadero y hasta las guardias pasaban más deprisa. Incluso el día que especialmente estabas mal, era fácil encontrar a un compañero que te animara y te aconsejara.

Encima, yo fui muy afortunada porque dentro de esa gran familia residentil con incluso algún adjunto infiltrado, hice amigos de esos de los de toda la vida, de los de a las duras y a las maduras, de los de verdad, que han disfrutado conmigo en mis alegrías que han sido muchas y que me levantaron cuando estuve tan perdida, porque fue gracias a ellos, y a nadie más. Les hecho muchísimos de menos, porque aunque antes no les viera todos los días, siempre sabían que estaba por ahí, cerquita. Me han visto crecer como médico y como persona y espero que sigan viendo mis avances en esta nueva etapa que todavía estoy asimilando.

Ojalá estas palabras no caigan en el olvido como a veces pasa con los amigos, que de buenas a primeras desaparecen.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Puedo decir que tengo la suerte, el honor y el privilegio de ser una de esas personas que te acompañaron en esa etapa tan buena que fue la residencia. Fueron 4 años increibles, con sus momentos buenisimos y sus momentos malisimos, pero ante todo fueron años en los que unos cuantos construimos una amistad mas alla de las horas de guardia y de las paredes del hospital. Inevitablemente cada uno ha seguido un camino al terminar pero puedo decir que de momento seguimos contando con algunos de aquellos que durante estos años nos han demostrado su cariño, que al final no son tantos, pero que valen por cien. A tod@s l@s que os sentis aludid@s, gracias por los mejores años de mi vida, para mi siempre estareis ahi.
muriel ha dicho que…
jajajajajja ohhhh k kukiiii me encanata

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