Vuelvo al hospital
En las últimas entradas del blog pedía al cielo una nueva oportunidad, un cambio de rumbo, una ayuda, y la verdad es que afortunadamente (creo) mis gritos fueron escuchados por una mano amiga y desde hace unos meses he dado un importante giro laboral y estoy trabajando actualmente en un hospital, privado eso si, pero hospital al fin al cabo. He vuelto a la planta, a los partos, a las guardias, a los salientes y al cansancio que eso conlleva pero también a los diagnósticos, técnicas, pruebas y estudio de enfermedades y con atisbo de en un futuro hacer algo más, poco a poco.
Estoy contenta aunque agotada porque esta doble vida de mamá de día - pediatra de guardia de noche no se lleva igual de bien que cuando era residente y podía irme un saliente de guardia a dormir 10 horas o de fin de semana fiestero.
Lo importante es que mi cabeza anda mucho mejor porque me veo mas aquí que permanentemente en una consulta. Sigo haciendo algo de consulta pero ya de manera mas organizada y a cuenta gotas. De momento no pienso en futuro lejano si no en ir mejorando cosas día a día, y como acabará la cosa ya se verá.
Lo curioso es como te cambia la cabecita, que al salir de la residencia te agarras con fuerza al sistema público y tiemblas con la idea de salir de él, y a medida que vas madurando te vas dando cuenta que no sólo de pan vive el hombre y que hay mas oportunidades ahí afuera y que a veces son incluso mejores. Y es que parecemos borreguitos, todos detrás del pastor sin salirnos de la línea marcada, como me decía mi abuelo, lo mejor es opositar y sacar una plaza de funcionario, y así nos va.
Estoy contenta aunque agotada porque esta doble vida de mamá de día - pediatra de guardia de noche no se lleva igual de bien que cuando era residente y podía irme un saliente de guardia a dormir 10 horas o de fin de semana fiestero.
Lo importante es que mi cabeza anda mucho mejor porque me veo mas aquí que permanentemente en una consulta. Sigo haciendo algo de consulta pero ya de manera mas organizada y a cuenta gotas. De momento no pienso en futuro lejano si no en ir mejorando cosas día a día, y como acabará la cosa ya se verá.
Lo curioso es como te cambia la cabecita, que al salir de la residencia te agarras con fuerza al sistema público y tiemblas con la idea de salir de él, y a medida que vas madurando te vas dando cuenta que no sólo de pan vive el hombre y que hay mas oportunidades ahí afuera y que a veces son incluso mejores. Y es que parecemos borreguitos, todos detrás del pastor sin salirnos de la línea marcada, como me decía mi abuelo, lo mejor es opositar y sacar una plaza de funcionario, y así nos va.
Comentarios